La mujer detrás del lienzo

La historia de la pintura está plagada de mujeres. Los desnudos femeninos y las miradas que reflejaban la sensibilidad, la dulzura y la belleza, son los protagonistas en los museos más frecuentados del mundo. Incluso los cuadros más aclamados a lo largo de la historia del arte son los que trazan la mujer: misteriosa (La Mona Lisa, de Da Vinci), de carácter inocente (Las meninas, de Velázquez), mitológica (La primavera, de Botticelli) o simplemente, bella (La joven de la perla, Vermeer).

Sin embargo, las mujeres también existen detrás del lienzo. También han cogido un pincel y han convertido un trozo de tela en obras magníficas que, por el contexto histórico y la dificultad que ha tenido la mujer para destacar en ámbitos fuera del doméstico, la han relegado a un papel secundario en las listas de los artistas más importantes. No obstante, muchas de ellas han sido la ola de nuevos movimientos pictóricos, nuevas concepciones artísticas y las causantes de obras que embelesan miles de ojos.

A R T E M I S I A  G E N T I L E S C H I

Una  de las primeras mujeres que debemos destacar en el mundo del arte es Artemisia Gentileschi. Siguiendo los pasos de Caravaggio, dominó el arte del claroscuro como se puede contemplar en su obra Judith decapitando a Holofernes. Heredó la pasión por la pintura de su padre, Orazio Gentileschi, y destacó entre sus otros hermanos dentro del taller. Aunque por su sexo no pudo ingresas en las academias profesionales de Bellas Artes, exclusivas para el sexo masculino, viajó por Italia empapándose de nuevas técnicas y de ingluyentes relaciones como los Médici. También trabajó para nobles de renombre como Buonarroti, sobrino de Miguel Ángel, fiel admirador de la pintora.

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Fue la primera mujer en ingresar en la Accademia del Disegno de Florencia y fue pintora en la corte. Artemisia siempre luchó por aumentar su conocimiento y habilidad con la pintura y logró hacerse un hueco tanto en la sociedad como en la esfera artística de la época. Es considerada una de las primeras en introducirse al barroco logrando imponer su arte en una época donde las mujeres no eran aceptadas fácilmente, y labrarse una carrera era una elección inusual que debía luchar en contra de toda clase de críticas. Aun así, hoy ocupa un importante puesto en la historia del arte influyendo a artistas de talla mundial.

M A R Y  C A S S A T T

Mary Cassatt también luchó contra los prejuicios de la época que, al contrario que en el caso de Gentileschi, comenzaban dentro del hogar familiar. Mary fue hija de una familia acomodada estadounidense que viajó constantemente por Europa donde tuvo contacto con artistas franceses como Delacroix, Degas o Pissarro. Su afán por la pintura comenzó a crecer y en contra del deseo de su familia comenzó a dar clases de dibujo a los 15 años. En aquella época, solo el 20% de mujeres asistían a este tipo de clases y de ellas, la mayoría lo hacía por afán, no por vocación para construir una carrera como era el deseo de Mary. Además, las ideas feministas eran consideradas una amenaza junto a la vida bohemia de los artistas.

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Cassatt decidió tener una vida independiente de la de su familia y trabajó para hacer que sus obras salieran adelante. Cuando por fin comenzó a tener compradores se trasladó a Europa donde en Italia, comenzó a tener el apoyo de la comunidad artística. En Francia, vivió el nacimiento de la comunidad de artistas impresionistas de la mano de Degas. Las pinceladas sueltas, la pintura al aire libre y la innovación de colores enamoraron a la artista quien junto a otros artistas logró con sus obras que la nueva corriente pictórica fuera un éxito en las exposiciones y la aceptaran los críticos más convencionales.

F R I D A  K A H L O

Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón es la mexicana que revolucionó la concepción del arte de principios del siglo XX. Su vida estuvo marcada por una enfermedad y un accidente que la invalidaron largos periodos de su vida, sin embargo, esto no fue suficiente para parar su espíritu rebelde. Doscientas obras son la prueba de su sufrimiento y las dificultades que tuvo. Su marido y mentor, Diego Rivera le animó para sumergirse en el mundo de la pintura después de ver el talento que tenía Kahlo que comenzará en la década de 1930 a exponer sus cuadros por diferentes ciudades. (Fue la primera mexicana del siglo XX que logró colgar un cuadro en  el Museo del Louvre). La influencia de Rivera es innegable y su relación, aunque matrimonialmente tormentosa, es una retroalimentación de creatividad mutua.

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Su particular estilo no encajó con las vanguardias o el surrealismo. Nunca recibió una educación artística formal pero se codeó entre varios artistas e intelectuales convirtiéndose en un icono de la cultura mexicana. Sus obras son mayoritariamente retratos o pasajes de su propia existencia donde el dolor, el sufrimiento y la sexualidad se presentan con elementos realistas, expresionistas, simbólicos y metafóricos.

Marta Toribio Poza

 

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